viernes, 23 de octubre de 2009

CÍRCULOS, CRUCES Y CUADRADOS

Dijimos que diferentes pueblos, alejados entre sí en el tiempo y el espacio, acostumbraban a mostrar símbolos similares en sus manifestaciones sagradas.


Por ejemplo, los círculos, que representan la eternidad y los cuadrados o cruces, que representan el cuatro como elementos que describen cierto principio relacionado con lo divino, se encuentran en todas partes. No solo en imágenes o construcciones, sino también en la literatura, tal como en esta cita de Al Tirmidhi: “Los que estaban con el Profeta preguntaron: ‘¿Qué son los jardines del Paraíso?’ Este respondió: ‘Círculos de gente que invoca,’” o este otro del Buda: “Largo es el círculo de renacimientos para un tonto que no conoce la verdadera Ley.”


En la Hungría de hoy, una concha de molusco con una cruz fue tallada hace alrededor de 100.000 años, antes de las épocas históricas. La figura no solo muestra una cruz, sino que también la combina con un círculo.




La misma combinación aparece en una pieza de bronce en el norte de Afghanistán, que data de hace 4000 o 3500 años, o en un sarcófago más cristiano del siglo V, en Ravenna.





La cara del sarcófago muestrea también un cuadrado que entra en la combinación. En tanto, la misma idea cristiana de la crucifixión se muestra en una imagen nativa de hace 6000 años en el Parque Canyon State, en Texas, que asombrosamente muestra cuatro dedos en cada uno de sus brazos extendidos.



Desde el año 630, la Kaaba, en La Meca, muestra su forma cúbica (seis caras cuadradas) como un tributo a Dios. La construcción, sin embargo, es preislámica y fue considerada como una buena representación de lo divino por el mismo Profeta.



Egipto, más allá de su fama por las pirámides y tumbas, también muestra un cuadrado que contiene un ankh en un objeto ritual de la 1ª Dinastía (alrededor de hace 5000 años). Por supuesto, esta combinación incluye un cuadrado, un círculo y una cruz.



Alrededor de 1487, Leonardo da Vinci también representaba su famoso Hombre de Vitruvio dentro de un círculo y un cuadrado.



La imagen final de hoy será un monumento maya, en Dzibilchatún, cerca de Mérida, México. Este monumento puede producir este efecto cuando el sol matutino sale en ambos equinoccios, el 21 de marzo y el 21 de septiembre cuando su brillante círculo cruza la puerta cuadrada.



Quizás toda esta magia que rodea al cuadrado esté representada en las palabras de Whitman: “Canto al cuadrado deífico, de lo Uno que avanza, de los lados, de lo viejo y del ahora, del cuadrado enteramente divino; sólido, de cuatro lados (se necesitan todos los lados): desde este lado, Jehová soy, el Antiguo Brahma yo, y yo Saturno soy...”


Continuaremos con estas formas y citas coincidentes.



© 2009 Hugo Ferraguti

jueves, 1 de octubre de 2009

EL HOMBRE Y LA BESTIA

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Como se dijo en la nota anterior, hay antiguas representaciones de dioses y diosas domando un animal. Por ejemplo. la carta XI del tarot, La Fuerza, representa a una joven obligando a un león para que abra la boca.

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Entre los sumerios y babilonios, a Gilgamesh se lo muestra dominando un león, mientras que Marduk controla un bote en el que navega con un dragón. Estas son referencias a la parte animal del hombre, que también están presentes en la tradición judeocristiana, como podemos leer en el Libro del Génesis (3:1): “Empero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que el SEÑOR Dios había hecho. Y esta le dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comeréis de todo árbol del huerto?”

En la historia del diablo que tienta a Adán y Eva, el primero también es personificado como bestia; una serpiente, en este caso.

Según estas antiguas tradiciones, esta parte animal siempre se muestra como algo significativo, que no se debe descuidar.

Inanna-Ishtar, por ejemplo, probablemente haya inspirado la representación del diablo en la carta del tarot marsellés, miles de años después:


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En este caso, a la diosa sumeria se la muestra parada sobre dos leonas, mientras que el diablo se para sobre el mundo. Las dos lechuzas `que flanquean a Inanna se vuelven dos hombres con orejas de burro, encadenados a la posesión del diablo: el mundo.

Otra imagen nos muestra a San Jorge matando al dragón, otra variación cristiana de la serpiente:


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Hay más para meditar en todas estas imágenes, pero ahora sería interesante prestar atención al famoso Shiva danzante que, aunque en muchas imágenes aparezca controlando a una bestia, aquí se lo muestra como parado sobre un bebé, claramente simbolizando que estos animales son verdaderamente algo dentro del hombre.


Para fortalecer esta idea, el milenario I Ching dice:
“Cuando el espíritu del cielo gobierna en el hombre, su naturaleza animal toma su lugar adecuado.” Plotino, en el siglo II también se refiere a esta parte animal: “La verdadera persona es algo diferente, pura del contacto con la parte animal de nuestra naturaleza.”

Entre los mesoamericanos, el mismo Quetzalcóatl era una serpiente emplumada y en un mito del siglo IV dice:
“El espíritu maligno persuadía a los toltecas de hacer el mal. Para alcanzar esta meta tomaba distintas personalidades. Cambiaba su cuerpo en formas animales y seres monstruosos y se aparecía como prostituta."

Como vemos, diferentes culturas, separadas en el tiempo y el espacio, transmiten sorprendentemente ideas similares. Regresaremos a esto.



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© Hugo Ferraguti

viernes, 4 de septiembre de 2009

PUEBLOS CIVILIZADOS

Hemos visto que nuestro lenguaje ordinario a veces podría hacernos entender mal una idea amplia de civilización, requiriendo que los pueblos antiguos muestren ciertos criterios, tal como tener una lengua escrita o vivir en ciudades (ver artículos anteriores).

De seguir el primero de estos criterios, un noble pueblo como los antiguos incas sería considerado salvaje; de seguir el último, los hebreos errantes, dadores de una religión que originara las religiones que adopta la mitad de la humanidad, no podrían ser considerados un pueblo civilizado.

¿Qué sería, entonces, este concepto amplio del hombre civilizado que lo apartaría de los meros mamíferos migratorios?

Cualquier tradición antigua parece reconocer que el hombre no es uno, sino una multiplicidad de pensamientos, sentimientos y sensaciones. La multiplicidad del hombre, opuesta a la unidad del Dios que lo crea, parece estar presente entre pueblos mucho más antiguos que los de las llamadas “épocas históricas.”

Entonces, quizás sería un buen comienzo considerar que el hombre civilizado sea el que trata de considerar su propia condición y reconoce que dista de ser perfecto. Esta misma idea lo fuerza a aceptar la necesaria existencia de niveles superiores. Y esto es tan antiguo como la humanidad.







Todos los pueblos antiguos muestran una religión, en la que un solo Dios o aspectos de él se representan en un panteón de dioses y diosas, tal como esta imagen de Inanna (arriba), la diosa sumeria del amor, la fertilidad y la guerra, lejana precursora de la Afrodita griega y muy relacionada con la Isis egipcia o la Ishtar babilónica.

Por supuesto, el reconocimiento de los seres divinos viene de la mano con considerar al hombre como una bestia que tiene que ser domada, lo que se muestra por la misma diosa controlando un león bajo su pie.

El antiguo I Ching, originado en 1000 a.C., también reconoce la misma idea al decir: “Solo cuando un hombre es completamente libre de su ser animal y decidido en lo que es correcto y esencial, adquiere la claridad que le permite ver a través de la gente.”

Así, este podría ser un comienzo para investigar más.

© 2009 Hugo Ferraguti

domingo, 23 de agosto de 2009

SÍMBOLOS ANTIGUOS Y CRISTIANOS

Las palabras “ciudad” y “civilizado” vienen ambas del latín “civitas.” De aquí que la palabra “civilizado” literalmente significa “que vive en la ciudad.”

En lenguaje común tendemos a oponer la palabra “civilizado” a “salvaje.” Esto nos hace desarrollar todo un juego de valores donde los pueblos que no viven en ciudades son finalmente comparados con animales errantes (hasta sin lenguaje hablado), que siguen solo propósitos instintivos como el de proveerse comida rastreando su caza, como lo hacen los leones.

Otra definición común de la civilización se basa en el desarrollo de una lengua escrita. En este caso, una parte considerable de las culturas antiguas no pueden incluirse entre los llamados civilizados, porque les falta una lengua escrita. Entre ellos, encontramos a los Incas del Perú, por ejemplo.

Estas páginas tratan de mostrar que el hombre civilizado (en el amplio sentido de tener preocupaciones espirituales) es mucho más antiguo que esto.

La conchilla tallada de Tata (ver artículo del 16 de agosto), muestra que el concepto de la cruz ya estaba desarrollado por 100.000 AP (cuando todavía los europeos actuales no habían llegado a Hungría).

Otra imagen sorprendente viene de Texas. Antes de que naciera la cristiandad, alrededor de 4000 AP, alguien que habitaba el Parque Histórico Canyon State representó una especie de hombre crucificado.


También recuerda el símbolo shen egipcio (izquierda), que representa el sol sobre el horizonte, probablemente aún más antiguo dado la abundancia de motivos que lo muestran en los jeroglíficos, o también recordando el ankh, utilizado por los egipcios para representar el aliento de vida. Este símbolo se encuentra con frecuencia en manos de los diferentes dioses para mostrar su poder de dar la vida.

El ankh (a la derecha, abajo), por supuesto, parece ser el origen de la cruz, como una cruz celta del siglo VII nos lo muestra.


Con respecto a esta cruz, también puede decirse que los egipcios podrían también relacionarse con el uso cristiano de este símbolo. Podemos ver cómo Shu sostiene a Geb, el cielo estrellado, levantando sus brazos apoyado por las cuatro manos de los dioses que lo ayudan.




De manera bastante curiosa, la Biblia también valora esta ayuda para sostener las manos en alto: “Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalek. Y las manos de Moisés estaban pesadas; por lo que tomaron una piedra, y pusiéronla debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sustentaban sus manos, el uno de una parte y el otro de otra; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol.” (Éxodo 17:11-12)

Así, la escena de la cruz podría también verse como la representación cristiana de la imagen egipcia de Shu, como se ve en la Crucifixión de giotto, de alrededor de 1400. Como dijera Gurdjieff: “Egipto era cristiano en sus enseñanzas, principios e ideas, muchos miles de años antes del real nacimiento de Cristo.”



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© 2009 Hugo Ferraguti

domingo, 16 de agosto de 2009

¿DESDE CUÁNDO ESTÁ EL HOMBRE CIVILIZADO EN LA TIERRA?

Se cree en general que la civilización occidental había nacido con los griegos, aunque los tiempos históricos se reconocen ahora mucho antes que estos, con los sumerios, babilonios y egipcios.

Antes de esto, la tendencia general es la de hablar de la “época prehistórica,” a la que no se le reconoce que merezca el nombre de “civilizada.”

La idea general de la época prehistórica es la del hombre viviendo en pequeñas comunidades habitando cuevas, casi sin lenguaje hablado.

Con el descubrimiento del genoma humano, surgen algunas teorías, basadas en los llamados “marcadores,” un juego de nuevos elementos que aparecen en nuestro ADN cada vez que hay una mutación. Estos “marcadores” se transmiten a través del cromosoma ‘y’ de padre a hijo y no pueden ser alterados (lo que asegura que el esperma del hijo contendrá los mismos marcadores que el de su padre). La teoría afirma que el hombre moderno se origina en una únicas tribu en la actual Uganda, en el África --> 1.

Los cambios raciales hasta ahora, dice, solo se deben a mutaciones producidas como respuesta a los cambios climáticos a medida que estos hombres migraban poblando el resto del mundo. Así, como la teoría afirma que cualquier mutación deja un rastro en el cromosoma ‘y,’ siguiendo estos marcadores hacia atrás es como llegaron a esta única tribu cuya sangre no tiene marcadores.

Desde hace cerca de 160.000 años hasta 135.000 AP, esta tribu única se movió solo dentro de África, alcanzando el Océano Atlántico en Costa de Marfil, Congo y Namibia, así como el Cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica. También se movió al noreste, hasta Etiopía.

Desde Etiopía, un grupo pareció moverse hacia el norte siguiendo el Nilo y cruzando el Mar Rojo para alcanzar Tierra Santa alrededor de 115.000 AP. Pero el clima cambió y una enorme extensión del norte de África y Medio Oriente se volvió los actuales desiertos cerca de 90.000 AP, de modo que esta rama de la humanidad murió, forzándonos a llegar a 85.000 AP para encontrar que un nuevo grupo de etíopes se había ahora movido hasta poblar el sudoeste de la Península Arábiga. Según Stephen Oppenheimer, todas las razas de la actualidad descienden de este grupo.

Si, como se dice, por 80.000 AP esta rama había cubierto toda la costa hindú y, alrededor de 76.000 AP había llegado a Borneo y el sur de la China, es difícil creer que no tuviera para nada un lenguaje hablado o que fuera solo un grupo de animales sociales siguiendo la estación de la caza.

Estos mismos hombres fueron los que poblaron Europa alrededor de hace 40.000 años y las huellas que dejaron no pueden apoyar la idea de un hombre salvaje vagando sin propósito por el mundo.

Es muy notable que, tras la erupción del Mte. Toba en 74.000 AP, que destruyera toda la vida en la India e Indonesia, los hombres se acordaran, luego de una vedad de hielo “nuclear” de 1000 años, de regresar a la India desvastada, no solo de sus casas en Indochina, sino desde su antigua ubicación en las “Puertas de la Pena,” en el sur de Arabia y en Turquía, como si la comunicación entre ellos fuera posible tras este severo “invierno nuclear.”

Según Graham Hancock, hay varias ciudades bajo el mar, en lugares como la India o Japón, mostrando que aún más allá de la fecha aceptada de 11.000 AP para el final de la última era glacial, el hombre era capaz de construir ciudades de piedra.

Algunos hallazgos arqueológicos pueden mostrarnos que el que llamamos hombre “prehistórico” no era un animal migratorio vagando para seguir nuevos recursos.


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En Tata, Hungría, encontramos una concha de molusco grabada de 100.000 AP, que curiosamente muestra el mismo motivo que una roseta de la Catedral de Narbonne, Francia, del siglo XII.
Esta coincidencia no parece ser aleatoria si consideramos que la famosa Cueva de Chauvet muestra cuatro caballos dominando un rinoceronte, que datan de cerca de 30.000 AP y que la imagen también se repite en una catedral francesa del siglo XII, esta vez en Chartres.





-->© 2009 Hugo Ferraguti
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Para mayor información sobre el tema visite http://www.beingpresent.org/.

[1] Ver la teoría de Stephen Oppenheimer en http://www.bradshawfoundation.com/journey/